Mi madre bailarina, mi padre tenista profesional. El movimiento tridimensional en el espacio fue protagonista en mi vida desde un comienzo..Una de mis abuelas pianista, la otra violinista y pintora..La expresión plástica y el acompañamiento musical estuvieron permanentes en mí...Fue como innato, estuvo en constante presencia...Constituyeron mi ser desde un comienzo, siempre en unidad y complementándose la una con la otra. A los cinco años bailaba y subía a escenarios. A los doce tocaba el piano que hasta hoy día conservo, sin dejar de plasmar lo pictórico. Poseía todas estas expresiones distintas pero a la vez unidas por el mismo sentimiento...Querer decir y manifestar una emoción.
El hombre va llenándose de diferentes contenidos. Cada uno puede tomar de su aprendizaje, sus vivencias, de la necesidad de saber. En mi caso el contenido fue la escuela de Bellas Artes y su entorno, desde el olor a pintura hasta los raros peinados. Las performances que realizábamos con nuestros compañeros en la misma escuela y en el Centro Cultural Recoleta, el compartir y descubrir un nuevo lenguaje con otros seres humanos, las sensaciones y las emociones, disfrutar las clases de Historia como si fuera un viaje en el tiempo... Todo era muy especial, nunca había estudiado con tanto gusto
En lo plástico, Perez Celis ha dejado una impronta importante en mí, como persona y artista, estableciendo un rotundo cambio en la forma de decir en mis cuadros. A veces los estados de ánimos nos llevan a seleccionar un color o un movimiento, quizás por eso me sienta diversa en la selección de la gama que uso. Pero últimamente me inclino por utilizar los colores terrosos, los que están relacionados con la madre Tierra, la naturaleza y el espacio donde me muevo que es muy agreste. Me gusta experimentar, generar, lo que me lleva a probar diariamente, colores, formas, técnicas...